Por Danilo Siliotto
Probablemente el lector ya haya escuchado tratar, y además tenga formada una opinión personal, sobre la estatización de empresas, o en su defecto, la creación de empresas estatales. No creo pertinente incluir definiciones ni explicaciones preliminares, debido a la popularidad del tema, doy por sentado que ya se conoce la terminología.
Tampoco pretendo exponer una argumentación completa, prefiero que quede abierto al debate en los comentarios, y en la medida de lo necesario responder a las dudas o refutaciones que vayan surgiendo.
Queda evidente que, cuando una empresa privada produce un bien, le suma al costo de producción el valor agregado, el cual se traduce en una plusvalía para el dueño de los factores de producción, que termina por apoderarse del trabajo de los obreros. Esta pobre y humilde descripción intenta sintetizar en cierto modo, una de las preocupaciones del gran filósofo Karl Marx, uno de los más grandes vicios, que este vio en la economía.
Entonces, se origina la perspicaz idea de crear empresas estatales, las cuales no tendrían un empresario con ánimo de lucro por dueño, sino que serían, en última instancia, propiedad del pueblo en sí, y, lógicamente, seria en un absurdo que el pueblo intente obtener una plusvalía a costa del trabajo del propio pueblo. ¿Y cuál es el problema? El problema somos nosotros.
El centro de la discusión, a mi parecer, no debe ser teórico, sino factico. Cada vez que salimos a la calle vemos incontables ejemplos de el homo egoistus actuando en todos los niveles y ámbitos de la vida. Esa es la naturaleza del promedio general de los hombres, mas allá de algunas destacables excepciones. Me es imposible argüir sobre esto, solo me limito a invitar a apreciar los hechos y que cada uno saque sus propias conclusiones.
En el caso de concordar con lo anterior, la deducción es simple: al ser humano no le interesa trabajar por razones altruistas, intenta ganar lo máximo haciendo lo menos posible; al no existir un empresario que tenga un incentivo económico para exigir a sus empleados, los empleados bajan su nivel de productividad y la calidad en los productos termina por disminuir; y, en última instancia, el mismo pueblo dueño de la empresa debe estar obligado a adquirir esos bienes de segunda, porque de no ser así, la empresa termina por producir un déficit que el propio estado debe subvencionar para mantenerla a flote; y esta subvención, una vez más la paga el pueblo, a través de los impuestos.
Se puede concluir así, precariamente, que las empresas no deben ser estatales, no obstante, me parece adecuado hacer una serie de aclaraciones antes de terminar. No pretendo justificar de ningún modo la estatización total de todas las organizaciones que necesita la sociedad; la seguridad, la salud y la educación deben ser brindadas gratuitamente para garantizar la igualdad de oportunidades, como cualquier otro bien o servicio que sea de extrema necesidad para un funcionamiento armónico de la comunidad. Los recursos naturales deben pertenecer al estado, sin embargo, me parece razonable privatizar su explotación. El rol del estado de ningún modo debe ser pasivo en la economía, constantemente debe intervenir para proteger los derechos de los habitantes y de las PyMEs. De ningún modo estoy de acuerdo con la privatización desmesurada que realizo Menem. En pocas palabras, este comentario no pretende ser un aval del neo liberalismo económico.
Habiendo esclarecido lo anterior, me parece suficiente lo dicho, e invito al lector a que, dé su opinión, no solo del carácter público o privado que deberían tener las empresas, sino también de la naturaleza humana que ellos perciben en el desarrollo cotidiano de su vida.
Qué sea público no implica que sea de mala calidad. Me parece insostenible la lógica de que al no haber un empresario con ánimo de lucro disminuya la calidad. El incentivo para trabajar es el salario. ¿A caso el crudo de YPF es de menor calidad que los demás?
ResponderBorrar+ Creo que las empresas estatales en un sistema como el nuestro también son dueñas de la fuerza de trabajo del empleado, con la diferencia que cuando hay ingresos extraordinarios existe la redistribución y descentralización del poder.
El punto para analizar el déficit va mas allá de la calidad del bien o servicio. Hay quienes dicen que las empresas o instituciones estatales suelen tener origen para cubrir las necesidades del pueblo que los "empresarios con ámbito de lucro" no cubrirían por falta de rentabilidad (salud, educación, transporte, medio ambiente, etc). Otro motivo es la descentralización monopólica que tanto mal hace al libre comercio.
Los directivos de las empresas estatales no son ningunos hippies desinteresados de obtener beneficios extraordinarios, se les pagan para que lo consigan. En algunas empresas estatales la lógica de la competitividad está igual de presente que en las privadas, así que precisan de "la plusvalía", con la diferencia que ese extraordinario queda a disposición de la empresa y no de empresario.
A la posta la tienen las empresas cooperativistas! jaja
El carácter público no implica inicialmente una mala calidad, pero a la larga termina por darse. Tenes mucha razón al afirmar que el salario es un incentivo de naturaleza económica para trabajar, me doy cuenta que me exprese mal; mi intención inicial era hacer referencia al constante esfuerzo por lograr una auto superación, incrementando la efectividad de la organización para lograr un menor costo de producción o una mayor calidad del bien, y así poder obtener una mayor utilidad. Como consecuencia de la naturaleza egoísta del hombre, un empresario asalariado no va a quitarse el sueño planificando como aumentar la productividad de una empresa que le es ajena, tal y como lo haría alguien que tenga participación en las ganancias, lo que vendría ya a ser una suerte de privatización.
BorrarRespecto de la descentralización, resulta más de mi agrado establecer un marco regulatorio limitativo para combatir el monopolio, ya que las empresas estatales al manejarse con un porcentaje bajo de utilidad terminan asfixiando la competencia sana, junto con las empresas privadas. Por último, en lo referido a la cobertura de las necesidades del pueblo, creo que lo deje plasmado en el penúltimo párrafo de la nota.
Muy buena la nota, el porque del deficit de empresas estatales es mas complejo, pero esta muy bueno el ejemplo sintetizador. Otra cosa que se deberia analizar seria la competitividad laboral en empresas publicas y en privadas.
ResponderBorrarEs un hecho que el estado está obligado en mayor medida que los privados, a otorgar una estabilidad laboral a los ciudadanos, y es por esto que la competencia laboral se ve disminuida, al tener los trabajadores una menor presión respecto de su eficiencia y eficacia, a sabiendas de que el despido constituye una amenaza más o menos remota. Había pasado por alto este punto.
Borrar