Por Josué Contino
En latinoamérica se dieron muchos fenómenos políticos, pero el predominante seguramente es el populismo. Estos tipos de gobierno se caracterizan por llegar al poder con el apoyo de las clases sociales menos favorecidas prometiéndoles mejorar sus vidas por medio de dádivas y no por medio de un trabajo real. Para poder llegar a esto cambian leyes, desarman instituciones, fomentan la corrupción e intentan perpetuarse en el poder.
En Latinoamérica las perversidades del populismo están presentes en muchos de los gobiernos que han actuado en la región, incluyendo sistemas llamados de derecha, pero con mayor frecuencia en los sistemas izquierdistas. Ambos casos son asociados a regímenes de caudillos carismáticos y mesiánicos quienes con demagogia persiguen vincularse directamente con las masas populares, desconociendo la institucionalidad democrática y las normas que regulan y controlan la gestión pública. Con algunas variantes, estos regímenes han estado vinculados a procesos inflacionarios que acompañan, como un cáncer, a la macroeconomía populista de larga historia en América Latina, como lo ilustran, entre otros, los gobiernos de Perón en Argentina, Allende en Chile, Silez Suazo en Bolivia, el primer gobierno de Allan García en Perú, López Portillo en México y el primer gobierno Sandinista en Nicaragua.
En estos regímenes populistas, además de generarse brotes híper inflacionarios, se han provocado graves crisis económicas, sociales y políticas que, al final producen procesos de desestabilización de los mismos. Todo ello producto de políticas tendientes a la redistribución del ingreso incrementando el intervencionismo estatal y aplicadas, por lo general, como reacción desesperada de estos regímenes en situaciones de estancamiento económico y depresión para tratar de superar coyunturas electorales en entornos de intensa conflictividad social que, en el fondo, son resultados de esos manejos erráticos e irracionales que caracterizan las políticas económicas populistas. Recordemos que el populismo rechaza la lógica de funcionamiento de la economía de mercado y en sus políticas para tratar de reactivar la economía recurre al gasto público y a aumentos de salario y para frenar la inflación que ello provoca, aplica controles de precios, campañas contra los sectores productivos y el comercio como pretexto para castigar la especulación y recurre al control de la tasa de cambio so pretexto de evitar la devaluación monetaria.
Como era de esperarse estos gobierno totalitarios han empezado a desmoronarse (como el kirchnerismo en Argentina, el chavismo en Venezuela o el gobierno de Rousseff en el Brasil), una vez que la corrupción es evidente para toda la población perdiendo el apoyo masivo que originalmente los puso en el poder. Esto genera crisis económicas, políticas y sociales, haciendo lo que lleva a que pierdan elecciones y finalmente el gobierno.
El decadente fascismo argentino...
ResponderBorrarAndá a leer macho, a todos los PRO les hace falta lectura. La cabeza llena de helio tienen por lo visto. Cuando sepas lo que es totalitarismo, volvé y veo si charlamos. Y para que conste no hay nada más placentero que ver sufrir a los PRO-fascismo las políticas de inclusión y sobre todo a Cristina. Nada más placentero que verlos explotar de ira cuando habla.
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