"No es muy dificil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir." Jaime Luciano Balmes

miércoles, 11 de mayo de 2016

Macri no es muy bueno parchando brechas



Por Agustín García


     Desde que el PRO asumió como gobierno, el balance no parece apuntar a una superación de la famosa brecha que el Sr. Lanata denunciaba allá por 2013. Solucionar la brecha es un objetivo que de alguna manera se autoimpuso el equipo de trabajo del presidente, con los globos amarillos, las promesas de felicidad y el desafío de “unir a los argentinos”, el cual, junto a las propuestas de pobreza cero y la lucha con el narcotráfico, adornaba el discurso de asunción el 10 de diciembre. A partir de entonces, gran parte de las medidas tomadas no parecen estar de acuerdo con este tercer caballito de batalla.



     Hagamos memoria. Algunas de las escenas en los primeros días fueron prometedoras. Reuniones con los demás candidatos presidenciales y con todos los gobernadores fueron decisiones políticas muy acertadas, más allá de las primeras medidas rimbombantes pero necesarias, según nos dicen, como la salida del cepo. Ya por entonces, sin embargo, hacían ruido sendos decretos de necesidad y urgencia para la designación de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrant como nuevos jueces de la Corte Suprema y para la deformación de la Ley de Medios y desaparición de los organismos Afsca y Aftic.
No se hicieron esperar tampoco los despidos. Miles de personas se quedaron sin trabajo; muchos de ellos por decisión de la administración pública. ¿Miles de ñokis?


    El diálogo, el intercambio respetuoso y el consenso deberían ser los impulsores de cualquier política, y la sanción de la derogación de las llamadas leyes cerrojo y de pago soberano fue un gran éxito en este sentido. Pero este espíritu de intercambio no se ha reflejado en todos los órdenes. Con un nivel de inflación que se está comiendo vertiginosamente los bolsillos, los profesores universitarios salen a las calles en defensa de la educación pública y el reclamo es muy claro. Ellos, verdaderos motores del bienestar socioeconómico, convocan a, lo que se espera, una masiva marcha en reclamo por mejores condiciones salariales y laborales, situación que no ocurría desde 2008. Y es que mientras el gobierno paga miles de millones de dólares a los buitres, les ofrecen condiciones de negociación absurdas, con un mísero porcentaje de aumento salarial, a nuestros profesores.


     Al mismo tiempo, Macri salió a mostrar el manifiesto alcanzado con empresarios, que desde su buena fe se comprometen a no despedir a ningún empleado en los próximos noventa días. No tiene fuerza de ley, no obliga a ningún empresario a desistir de los despidos. Es solamente un intento por dilatar la inminente sanción de una ley antidespidos. Proyecto de ley, del cual el mismo presidente se encargó rápidamente de aclarar que sería vetado. Sin debate, sin discusión de protestas, desde un primer momento salió a presionar en contra de un panorama políticamente adverso que implicaría tener que admitir que la situación es más abrumadora de lo que los medios eligen mostrar.


     Por parte de los funcionarios macristas, no faltaron declaraciones violentas que tampoco están a tono con una recomposición de los lazos y una intención por acercar a los bandos opuestos, por unir a los argentinos. Prat Gay declaró en tiempos de campaña que “Cada diez años nos dejamos cooptar por un caudillo que viene del norte, del sur, no importa de dónde viene, pero de provincias de muy pocos habitantes, con un currículum prácticamente desconocido”. Aranguren expresó con respecto a la inflación de los combustibles que “si el consumidor considera que este nivel es alto, deja de consumir”.



     En estos días convulsionados, de aumentos de precios y de marchas, de despidos y de presupuestos chicos, el gobierno de Macri no está demostrando la mejor capacidad voluntad para parchar ninguna brecha social.

1 comentario :

  1. Yo creo que hay que dar tiempo a que las medidas "a largo plazo" que eligió este gobierno comiencen a dar sus frutos. Me parece que el argentino esta acostumbrado a lo inmediato y a las politicas sociales, por lo que un cambio drástico de actuar se hace notar.

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