Por Danilo Siliotto
En mi artículo anterior hice un análisis de la polémica Ley Antidespidos, expuse mis apreciaciones sobre la norma en sí y sobre las posturas políticas respecto a ella.
Hace pocos días, el Presidente de la Nación, convocó una reunión a varios ejecutivos cabecillas de grandes empresas argentinas para firmar un acuerdo. En este documento los empresarios básicamente se comprometen a cesar los despidos y promover el trabajo, además de dejar en claro su apoyo a las medidas políticas que viene tomando el gobierno estos últimos meses.
A primera vista me resultó cómico, pero después de examinarlo y reflexionar me invadió una sensación de temor. En cuanto a mi primer sentimiento, me es imposible contener una risotada después de leer “queremos comprometernos”, en un documento, firmado por exitosos hombres de negocios, que supieron triunfar en el ambiente competitivo y capitalista que arroja la realidad mundial actual. Ellos mejor que nadie saben que una promesa, dentro del ámbito comercial, no vale nada. Es absurdo pensar que estos señores, se fíen de las promesas de alguien, sin solicitar la redacción documentos exigibles judicialmente, como respaldo de las transacciones que llevan a cabo; como también es absurdo pensar que no van a faltar a su palabra en caso de ser necesario. Si alguien no concuerda conmigo, lo invito a que vaya a un banco a pedir un préstamo, prometiendo por su honor devolver el dinero, negándose a firmar cualquier contrato.
Pero no todo es color negro, gracias a que este acuerdo no tiene valor legal, y como exprese en el párrafo anterior, estos empresarios realizan transacciones, no donaciones; al no ofrecer nada tangible, se puede deducir que nada se les dio a cambio. Al menos eso espero, después de todo, nuestro Presidente es uno de ellos, y no creo que sea ningún iluso.
Al día de hoy, parece que se cumplió mi primera impresión. La página web de Diario Registrado indica que algunos de los firmantes, rompieron sus promesas a las 24 y 48 horas del compromiso. Sin embargo, considero prudente aclarar que no tengo ni buenas ni malas referencias de este diario, por lo que me abstengo de asegurar la veracidad de esta noticia, lo dejo a discreción del lector.
Retomando la noticia principal, ya me había adelantado, al comentar sobre el miedo que me invadió después de razonar un poco, sobre las circunstancias del convenio. En este punto, si el lector no coincidió con mi opinión respecto a la postura del PRO en mi nota anterior, a la que hice referencia al comenzar ésta, tampoco va a concordar conmigo ahora. Haciendo memoria, había explicado porque no tenía sustento el argumento contra la ley Antidespidos, especialmente el que suponía la abstención de inversiones extranjeras ante la sanción del proyecto. Tomando como punto de partida esta posición, y reconociendo el ingenio y la destreza del gabinete de Macri, corresponde analizar el fundamento de la proposición del acuerdo.
La divulgada promesa tiene como objetivo principal eludir la sanción del proyecto, evitando no solo la defectuosa ley con media sanción en el senado, sino también cualquier intento de modificación y mejoramiento del proyecto, en pocas palabras, acabar con la idea de una norma que instaure una protección de emergencia al empleo, tanto en el congreso como en la población, incluyendo a gremios y trabajadores. Aquí es donde me surge la duda que me provoca pavor: ¿Por qué Macri intenta esquivar deliberadamente la sanción de dicha protección, siendo que es temporal y que poco le afecta a sus futuros planes de inversiones extranjeras? La única posible respuesta que se me viene a la mente, es por razones de seguridad jurídica para los empresarios, aunque reitero, esta ley no perjudica a las nuevas inversiones, por lo que no logra ser una respuesta completamente convincente. Claro, esto solo si el Presidente realmente tiene buenas intenciones.
El hecho de no poder encontrar una respuesta complaciente, me lleva a indagar otras posibilidades. Tal vez no deba suponer la honestidad de Macri, tal vez detrás de todas sus promesas y acciones se esconde un interés egoísta y perjudicial para el país. No es descabellado llegar a la conclusión de que quiere beneficiar a grandes empresarios argentinos a costa de la clase obrera, considerando, además, que el mismo y su familia se verían favorecidos. De todos modos, estas son puras conjeturas, todavía tengo esperanzas de que se den las explicaciones pertinentes, o que los hechos me demuestren que estoy equivocado. Después de todo, yo vote por el cambio.
Artículo sobre la Ley Antidespidos:
El acuerdo:
Más información:
Totalmente de acuerdo con vos amigo, al igual que en mi nota anterior, trato de encontrar una respuesta a diferentes medidas y ninguna me convence.
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