"No es muy dificil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir." Jaime Luciano Balmes

miércoles, 15 de junio de 2016

El cambio es contagioso


Por Nahir Nallar




         Parece ser que sí. Dicen que cada diez años cambia una generación, y a seis años de esta “renovada camada” disipamos a lo largo de toda América Latina un fenómeno casi continental que en su poco tiempo contiene un nuevo gen que está desplomando los populismos generados por el Socialismo del Siglo XXI.





           El 10 de Diciembre de 2015 asumió en Argentina un partido para nada nacional y popular, de hecho la Propuesta Republicana es un partido que es reconocido legalmente en el año 2005. Los argentinos dijimos basta al peronismo después muchos años, pero sobre todo después de doce años de Kirchnerismo y muchas valijas en destinos offshore.

         El 23 de Febrero de 2016, Bolivia dijo NO a la reforma constitucional para favorecer la re-reelección de Evo morales, mediante un Referéndum. Estará en el poder hasta 2020 y de ahí veremos que sucede. 

         De Brasil ya hablamos en columnas anteriores, la figura de Lula ya no es mítica y Dilma está suspendida de sus funciones por estar en juicio político. 


       La novedad es Perú. Con el 50,12% en segunda vuelta el nuevo presidente de la república es Pedro Pablo Kuczynski del partido Peruanos por el Kambio. Lo importante de este hecho es que venció a Keiko Fujimori, la hija del ex presidente Alberto Fujimori. 


        La izquierda en Perú no existe, podríamos decir que se “autodestruyó” ante la imposibilidad de adaptar su discurso a lo largo de los años sobre todo después de la caída de la URSS. Además, nunca tuvieron una posición determinada frente a Sendero Luminoso, lo que resquebrajó mucho más su influencia política y apoyo social. Ollanta Humala fue un vestigio de las últimas esperanzas para la izquierda, pero el ex presidente ni siquiera tuvo sustento para presentar un candidato en estas últimas elecciones ya que su imagen positiva al dejar el cargo fue solo del 20%. 


        Alberto Fujimori abandonó el poder en el año 2000, por lo tanto la nueva generación no vivió aquella época en la que el Estado peruano era el narcotráfico, la violación a los derechos humanos y una inflación del 2000% que destruyó la economía. Fue el neoliberalismo económico y el autoritarismo político. Keiko apoyó su campaña en el ex gobierno de su padre, incluso defendiendo las esterilizaciones forzadas que realizaba a mujeres para reducir la tasa de natalidad. Ha llegado a segunda vuelta debido a que cierta parte de la población recuerda a su padre como quien puso fin al terrorismo apresando al líder de Sendero Luminoso Abimael Guzman. (Movimiento que en la actualidad se está reactivando)


        Lo bueno es, como dice la opinión pública, Perú se salvó, y no porque eliminó a Brasil de la Copa América (otra mala para Brasil), sino porque la “mafia Fujimori” no vuelve al poder. 

         El nuevo presidente enfrenta un gran reto de gobernabilidad, va a ser necesario transigir con el fujimorismo que actualmente controla el congreso con una mayoría de 73/130. 

          Para terminar, cito a Mario Vargas Llosa en su opinión respecto a este tema:

“¿Es ingenuo ver en todos estos hechos recientes una tendencia que parece extenderse por América latina a favor de la legalidad, la libertad, la coexistencia pacífica y un rechazo de la demagogia, el populismo irresponsable y las utopías colectivistas y estatistas? Como la historia no está escrita, siempre puede haber marcha atrás. Pero creo que, haciendo las sumas y las restas, hay razones para ser optimistas en América latina (…)”


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