Por Danilo Siliotto
Ya todos habremos escuchado reiteradas críticas al gobierno argentino, por permitir la utilización de los recursos y servicios que le brinda, nuestro querido y santo país, a los miserables extranjeros, que solamente vienen a robarnos puestos dentro de nuestras universidades, de nuestros hospitales, de nuestras escuelas, puestos de trabajo; y como corolario nos traicionan, y se vuelven a sus respectivas tierras natales con los frutos extraídos de la estúpidamente generosa Argentina.
Es que, si los países a los que pertenecen estos extranjeros son tan decadentes, ¿se justificaría que abandonen nuestra nación, cuando podrían perfectamente radicarse y hacerse parte de nuestro estado? No niego que, dentro de todos nosotros hay cierto sentimiento de amor hacia nuestros orígenes, pero hay también incontables casos de inmigrantes que eligieron nuestra patria como su madre adoptiva.
Aun así, si se diera el caso de un extranjero terco que no desea naturalizarse en un país que le brinda mejores condiciones de vida, en lo que respecta a la educación y a la salud gratuita, ¿acaso no son personas? ¿un simple accidente como ser, el lugar de nacimiento, o el domicilio de un ser humano, es suficiente para negarle la satisfacción de sus derechos personalísimos? Formuladas estas preguntas, probablemente reciba una respuesta argumentando razones de déficit económico. Pero ¿la humanidad está al servicio de la economía, o la economía al servicio de la humanidad? Sin embargo, es viable, aunque discutible, la posibilidad de cobrar un mínimo, correspondiente al costo de materiales, dado el caso de una economía deplorable como la que tiene actualmente Argentina; que obviamente no se justifica en las potencias económicas, como, por ejemplo, Estados Unidos.
Por último, con respecto al trabajo, además de ser indiscutiblemente un derecho que posee cualquier persona, los empleados teóricamente deberían aportar al PBI nacional, ya que necesitan realizar gastos para subsistir mientras dure su estadía. En mi caso en particular, me es indiferente si debo contratar un paraguayo, boliviano, suizo, porteño, o salteño; un inútil es un inútil y una persona capaz merece mis respetos y atención sin importar que idioma hable, su color de piel, o su tonada.
Es verdad que, pocos estados aceptan con los brazos abiertos a cualquier ser humano del planeta, como lo hace Argentina; para algunos, esto se presta para que el resto del mundo nos vea como estúpidos, para mí, es motivo de un profundo orgullo; así como fuimos pioneros en abolir la esclavitud, somos pioneros en dar un paso hacia abolir las fronteras.
Para cerrar, cito una cancion del celebre artista, John Lennon:
Claramente somos un accidente, y cuando las personas están al servicio de la economía y de la patria:
ResponderBorrar"Bronconeumonía, angina infecciosa, meningitis, enteritis, pobres
entrañitas torturadas, pobre sangrecita abrazada por la fiebre. Niños
que sufren y mueren sin haber vivido, niños indefensos que no deberíamos
decir que mueren, sino que los hacemos morir.
Oh, las madres no tienen la culpa. Están solas, están abandonadas.
Y lo que es peor, no saben, porque nadie las enseña.
Quieren defender a sus hijos, pero no saben cómo. Los aprietan
contra su seno henchido de amor y de lágrimas, y no basta, porque
el amor que no es amor inteligente, amor instruido, amor armado
de ciencia, sucumbe en la lucha contra la salvaje realidad. Al destino
no se le enternece, se le doma. Y las madres no saben y los
hijos se les mueren entre las manos. Los hombres quizá saben,
quizá podrian salvar a los niños, pero no tienen tiempo. Están demasiado
ocupados en salvar a la patria. Y desde cuándo son patria
nuestros niños? Los niños no votan.
Sí. Votan a su modo. Muriéndose. Votan contra la sociedad entera.
Y de ese fallo es imposible apelar."
Rafael Barrett 19 de abril de 1910.
Es real que se vive en un mundo sistematizado y por lo tanto interconectado. Apoyo totalmente que la Argentina fue madre adoptiva de oleadas de inmigrantes, y que es casi su naturaleza como patria.
ResponderBorrarAhora, me parece prudente regular las migraciones, no nos olvidemos la crisis que vive europa por los refugiados, o como muchas culturas se perdieron por el empoderamiento de minorías que cambiaron la nación. El abrir las puertas requiere prudencia, inicia un proceso de transformación y de inserción para la cual el Estado debe tener estructura y soporte.
La inversión de capital es necesaria, pero con recurso humano Argentino. Hay que llamar a invertir, primero con filiales y luego apostar a la inversión directa, la economía lo necesita y el trabajo va a hacer crecer los índices y dignificar al argentino.
Y los nacionalistas xenófobos, son seguramente nietos de gente que vino a apostar por este país. Hay que terminar con lo nac&pop.
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ResponderBorrarEntiendo tu postura, solo espero que después de negarle la vacuna contra la gripe a un abuelo, prohibir el ingreso a una primaria a un nene, por falta de inversión de capital; no te laves la boca hablando de derechos del hombre, ni de derechos del niño.
ResponderBorrarYo soy "nieto de gente que vino a apostar por este país", y creo que se puede inferir de mi articulo, sin mayores dificultades, que aborrezco la xenofobia. Me gustaría saber que te llevo a formular tu ridícula afirmación.
Por lo menos estamos de acuerdo en una cosa, hay que terminar con lo nac&pop.